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Us convidem a navegar i participar en aquest blog, creat per a l'assignatura de Noves Tecnologies aplicades a l'educació, on hem elaborat un recull de la nostra experiència educativa.



dimecres, de gener 16, 2008

La miseria de la escuela

VICENTE VERDÚ
La miseria de la escuela
ELPAIS.com > Sociedad 08/12/2007

La educación es mala en España y no hay duda alguna sobre ello. Lo chocante viene a ser que los responsables políticos sigan relativamente desentendidos del problema. ¿No votan en suficiente cantidad los maestros? No votan, sobre todo, los millones de alumnos y ésta viene a ser la llave maestra.

En Francia, en Alemania, en Gran Bretaña o en Estados Unidos, los Gobiernos han elevado el asunto de la educación y sus inversiones a la categoría más importante. Lejos de hacer demagogia, puesto que los niños allí tampoco votan, tratan de hacer cierta sociedad mejor. "Después del pan", decía Danton, "la primera necesidad del pueblo es la educación". Los franceses no lo olvidaron nunca, aun en situaciones de crisis. ¿No disfrutamos de una tradición igual? Efectivamente, pero ni con ministros educados en el extranjero se han afrontado las miserias de un sistema educativo que nos sitúa por detrás de los búlgaros.

¿Van a cambiar las cosas? Ni siquiera con el Informe PISA se abochorna nuestra estirada Administración. La actual ministra de Educación que a primera vista nos pareció espabilada, apenas asume que las aulas no funcionan. En su parecer son los padres sin estudios universitarios suficientes o los insuficientes padres con estudios superiores quienes despiden una atmósfera cultural doméstica que no aromatiza debidamente a sus vástagos.

En cuanto a las escuelas, las escuelas quedan una y otra vez en un plano sombrío donde los profesores enferman, se deprimen, padecen tendinitis, se denigran o sobreviven con sueldos de segunda fila. Ningún plan de mejora, en caso de intentarlo honestamente, podrá soslayar el sensible aumento de las retribuciones pero, más aún, miles de profesores debieran gozar de jubilaciones anticipadas y bien retribuidas. Deberían dejar sus puestos a enseñantes mucho más jóvenes y aptos, por edad y estilo generacional, de conectar con alumnos de referencias tan radicalmente ajenas a las de su profesor actual 40 o 50 años mayor.

Tanta distancia biográfica hace no sólo arduo sino imposible el trasvase de los conocimientos y del interés por temas concretos. Nunca como ahora pudo decir con razón un alumno de 12 años que la asignatura a cargo de un señor o una señora de 60 años "no le entra". Ni le entra ni lo digiere, ni le interesa ni lo metaboliza. Más bien lo vomita.

El sistema que transmitía conocimientos escolares por conductos basados en la permeabilidad del arriba / abajo funcionaba gracias a la eficiencia de la jerarquía y la autoridad. De esto, sin embargo, queda poco tras la absoluta vulgarización de la democracia y el paradigma general de la red. El saber no llega al interior del alumno tan sólo por el poder del magisterio, sino por la astucia de la empatía y contagio. Pero transmitir mediante empatía, explorar y hasta explotar la proximidad, sólo parece al alcance de los profesores jóvenes y jovencísimos.

El espectáculo de un aula presidida por una señora o un señor en edad provecta genera, en la cultura de la imagen, una actitud tan decisiva que con mucha frecuencia no atenúa ni la voluntad, ni el cariño, ni la ilustración del profesor. No se diga ya, como suele ocurrir, que además de mayores son vetustos.

¿Disciplina? Cualquiera ofrecería una ración de disciplina a cambio de una buena recompensa. Pero ¿cuál es la compensación? ¿Los comentarios a La Celestina? Los chicos españoles presentan esta dificultad para leer porque no reciben recompensa sino castigo en lo que se les da a leer, empezando por la misma escritura de los libros de texto.

¿Forzarlos a la lectura? ¿Por qué no purgarlos y raparles el pelo? Ni la lectura es un bien absoluto ni todo el saber está ya en los libros. Leer más no hace más inteligentes, sólo hace más inteligentes para leer. El resto del mundo del conocimiento, el mundo audiovisual es ahora una fuente más caudalosa e importante en el saber. Pero ni siquiera para aprender a servirse apropiadamente de todo esto hay horarios y maestros preparados. Miseria de la escuela, escuela de mil miserias.

La cultura de los padres predispone al éxito escolar de los alumnos

La cultura de los padres predispone al éxito escolar de los alumnos
ELPAIS.com > Sociedad
l estatus socioeconómico y cultural español, entre los peores de la OCDE

El origen socioeconómico y cultural de los alumnos es uno de los factores que más influyen en los resultados educativos de los alumnos, según los responsables de PISA. Por esa razón, la OCDE hace dentro de su informe internacional un índice sobre ese estatus social y cultural de los países, en el que se tiene en cuenta, por ejemplo, el nivel de formación de los padres y el prestigio de su profesión, los recursos que el alumno tiene a su alcance en casa, como un espacio para estudiar, conexión a Internet, libros de estudio o de literatura, entre otros. Y este índice, hecho a través de una encuesta a cada chaval examinado, deja a España en el puesto 38 de los 57 países estudiados, por detrás de Polonia, Bulgaria, Grecia o Eslovaquia.

Este es el argumento que ha utilizado la ministra de Educación, Mercedes Cabrera, para asegurar que los resultados españoles en el informe PISA no son malos (sobre todo en ciencias y matemáticas), ya que los "resultados educativos están por encima de su nivel sociocultural", " el sistema español está formando de una manera excelente teniendo en cuenta su estatus", aseguró. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, abundó en este argumento, aunque la responsable de política social del PP, Ana Pastor, contestó que "no puede culpar a los padres" del "fracaso de su sistema educativo".

Pero PISA señala enormes diferencias teniendo en cuenta este índice. Entre un alumno cuyos padres no han terminado los estudios obligatorios y un hijo de universitarios hay 85 puntos de abismo; y 135 entre aquellos que cuentan menos de 10 libros en casa y los que tienen más de 500 volúmenes en las estanterías familiares.

El informe PISA ha hecho una clasificación con lo obtenido en ciencias calculando el resultado que sacarían los países si se eliminasen esas diferencias socioeconómicas, y España vería aumentada su puntuación, aunque sin llegar a alcanzar la media de la OCDE.

Otras diferencias clásicas que vuelve a mostrar el informe son las que se dan entre centros educativos públicos y privados. En España, con un 35% de alumnado inscrito en centros privados (la media de la OCDE es del 16%), sus alumnos han obtenido en ciencias, de media, 38 puntos más que los de la pública. Los expertos han señalado en numerosas ocasiones que esto se debe exclusivamente a las características socioeconómicas de las familias de unos y otros estudiantes.

También señala el informe curiosas diferencias de género. Prácticamente en todos los países, los varones sacan mejor nota en matemáticas. En ciencias, la mitad de los países presentan ventajas a favor de un sexo, y la otra mitad, al otro. Pero en absolutamente todos, las mujeres sacan de media 36 puntos más que los chicos. En España la cifra es de 36 puntos a favor de ellas.

Por último, aunque la ministra aseguró que la presencia de un 7% de inmigrantes en las aulas no condiciona los resultados globales, lo cierto es que los alumnos nacidos fuera de España obtienen de media 55 puntos menos que sus compañeros nativos, dice el informe.

El ascensor social

Joaquín Estefanía OPINIÓN
El ascensor social
ELPAIS.com > Sociedad

Para que un país esté bien equipado ha de disponer de tres tipos de capital: el físico, el tecnológico y el humano. Este último depende de los niveles de educación. Siempre se ha repetido que la educación es, por excelencia, el ascensor social de los ciudadanos. ¿Es verdad o es un tópico? Y más exactamente: ¿sirve la educación para mejorar socialmente o, al contrario, primero uno mejora y luego adquiere mejor educación? A la luz de la lectura íntegra del Informe PISA 2006 es difícil contestar de modo lineal.

El contenido de este informe es más rico y contradictorio de lo que hasta ahora se ha reflejado en los medios. Se estudia el rendimiento educativo de los alumnos de 15 años, edad en la que los estudiantes se hallan próximos a finalizar la escolarización obligatoria en la mayoría de los 57 países participantes, lo que los convierte en un grupo adecuado para valorar su grado de preparación. En estas mismas páginas, Julio Carabaña, catedrático de Sociología de la Educación, advertía de lo erróneo de una lectura apresurada del PISA que diera como conclusión nítida que el sistema educativo español es un desastre, puesto que lo más correcto "es decir que estamos al nivel medio de la OCDE. Y también al de países con cuya compañía ni soñamos en otros ámbitos, como EE UU, Francia, Suecia, Dinamarca, Noruega o Luxemburgo". Inútil advertencia.

Hay aspectos del informe muy poco resaltados. Por ejemplo, el porcentaje de alumnos que reciben enseñanza en centros de titularidad privada es bastante reducido en la mayoría de los países; España, con un 35%, se encuentra muy por encima del promedio de OCDE. Junto a España, en Europa sólo hay cuatro países con un porcentaje de alumnos en centros privados superior al promedio OCDE: Holanda (67%), Irlanda (58%), Bulgaria (57%) y Dinamarca (54%); el resto de los países europeos apenas si tiene enseñanza privada. La ejemplar Finlandia, primera entre las primeras, sólo tiene un 2% de enseñanza privada en el entorno de los alumnos de 15 años.

El Informe PISA destaca que el rendimiento educativo está relacionado de manera directa con el estatus social, económico y cultural de las familias. Pues bien, España presenta una puntuación en ciencias (objeto especial del último informe) "positiva en relación con su índice de estatus social, económico y cultural", que evoluciona muy lentamente y no puede ser modificado a muy corto plazo, al menos sólo por políticas educativas. Asimismo hace la simulación de la puntuación que correspondería a cada país si todos tuvieran un índice económico y social similar: España y las comunidades autónomas contempladas mejorarían su puntuación, "igualando el promedio OCDE y situándose a una distancia no significativa del Reino Unido, Alemania o Francia".

La realidad educativa es, pues, más poliédrica de lo que se ha reflejado hasta ahora en prensa, radio y televisión, sin apenas distinciones ideológicas. ¿Cómo no ha podido neutralizar el Gobierno tal desastre comunicativo, que asimila nuestro país a los más tercermundistas? -

Educación en Finlandia

Educación en Finlandia
Xornal Galicia | Martes, 18 Septiembre, 2007 - 08:13 PM

Las constantes visitas desde todo el mundo al país nórdico nos desvela algunos de las claves de su eficiencia educativa.


Aunque resulta muy difícil simplificar algo tan complejo como la realidad educativa de un país, existen algunos datos llamativos en la enseñanza finlandesa. Sus resultados en la educación primaria y secundaria encabezan todos los rankings comparativos. Superan a otros sistemas educativos en Europa, en América, en Asia (con contendientes tan preparados y aplicados como Corea),…



Un primer secreto del éxito es previo al mismo sistema educativo. El alumnado, las familias y la sociedad son más cultos, más ricos, más cohesionados y más trabajadores (quizá de su raíz luterana) que la media de otros países. Pero existen países más ricos socio-culturalmente (Canadá,…), otros con más estabilidad familiar (la tasa de divorcios en Finlandia es de las más altas y triplica a la nuestra),… Sin embargo, su eficacia educativa es incomparable, y además no es fruto de un programa específico de mejora o de una insistente evaluación preparatoria. Sobresale su sistema de implicación familia-escuela, y la coordinación con las estructuras socioculturales de apoyo educativo.



En Finlandia no funciona la competencia entre centros o redes de enseñanza. Simplemente, porque la inmensa mayoría de centros son públicos (>95%), con gratuidad total, gestionados de cerca desde los concejos municipales, compensadas sus diferencias por la inversión del Estado y donde sólo existe una opción escolar para la mayoría del alumnado. Tampoco se destaca por sus servicios de administración (reducida en los servicios centrales), ni de apoyo externo al profesorado (casi nulos), ni por la remuneración de los docentes que trabajan más horas. Tampoco por los servicios complementarios (a mediodía comen un simple almuerzo cada clase con su profesorado, y el transporte sólo se subvenciona a partir de una distancia relevantes,…). Sus infraestructuras y equipamientos escolares, incluso en Formación Profesional, son similares a los nuestros.



Es cierto que tienen una menor inmigración, la mitad de la nuestra, y que se trata –en su mayoría- de refugiados políticos, que suele contar con una alta cualificación profesional. Su profesorado es universitario en su totalidad (como aquí), pero en Finlandia ello conlleva un mayor prestigio social, no derivado del sueldo, sino de pertenecer a la minoría social que accede a un sistema universitario muy selectivo, con pruebas de ingreso muy exigentes (algo muy diferente a lo que sucede aquí). El acceso a la carrera docente es muy estricto y sólo ingresa el 20% de los aspirantes, siendo mujeres el 80% del profesorado (un porcentaje al que nos vamos acercando).



Probablemente por razones climáticas que marcan la idiosincrasia, Finlandia es un país donde se lee más, sin analfabetismo desde el siglo XIX (combatido por el luteranismo), con una juventud que sigue leyendo a pesar de todos los recursos digitales que existen a su alrededor y que dominan a la perfección en el país de Nokia, que emplea a un alto porcentaje de sus habitantes. Es un país plurilingüe (finlandés y sueco, aparte del sami de Laponia), se inicia el proceso educativo en lengua materna y se incorpora luego el segundo idioma oficial y los idiomas extranjeros. La jornada escolar concluye al mediodía y se complementa con actividades extraescolares programadas para las tardes.



Sorprende especialmente del sistema finlandés cómo logra tan altos porcentajes de alumnado de excelencia, que más que sextuplica nuestros resultados. Ello, quizá, apunta a que entre nosotros se obtienen aceptables resultados en equidad, pero no en calidad. A ello coadyuva un comportamiento impecable del alumnado, sin que se registre la conflictividad discente de otros entornos escolares. Un alumnado que nunca repite, avanza con su grupo natural bajo un esquema de educación comprensiva, y se gradúa sin fracaso escolar, repitiendo solamente el último curso en los casos necesarios. La metodología de trabajo interactivo y participativo a todos los niveles, el apoyo personalizado a los menos adelantados y una evaluación orientada al desarrollo consigue la graduación en Secundaria de todo el alumnado.



Descartados factores ambientales y económicos (el clima es Islandia es peor y por sí solo no mejora el estudio, la inversión económica es superior en Dinamarca,…), la piedra angular para su liderazgo en comprensión lectora, matemáticas y ciencia (sólo superada en este campo por Japón) parece ser un profesorado vocacional, bien elegido, altamente cualificado y motivado que ejerce su labor con una concepción socio-constructivista del aprendizaje y apoyados por una amplia colaboración familia-escuela-sociedad. Un ejemplo a adoptar y adaptar a nuestra educación…



Mikel Agirregabiria